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jueves, 23 de noviembre de 2023

GROUNDHOGS - THANK CHRIST FOR THE BOMB (1970)


EMG 23/11/23

Hace un año, aproximadamente, dedicábamos este comentario en X a una de las grandes bandas británicas de blues rock, The Groundhogs. En concreto, hacíamos referencia a su álbum de 1972 titulado “Who Will Save the World? The Mighty Groundhogs”, un trabajo memorable por muchos conceptos, de los cuales no es el menor el hecho de venir empaquetado en una carpeta bellamente ilustrada por el mismísimo Neal Adams, excelso dibujante que, de seguro, muchos aficionados cincuentones recordarán por ser el autor de algunas de las mejores páginas de La Espada Salvaje de Conan (con permiso de Barry Windsor-Smith). También será  probablemente celebrado, acaso por algunos menos, como el responsable de ilustrar los últimos números de la era clásica de los X-Men, más conocidos por estas tierras hispanas -en aquellos tiempos gloriosos de Vértice y de sus viñetas remontadas en volúmenes cuadrados- bajo el singular y algo castizo apelativo de La Patrulla X.

Acostumbrados como pienso que han de estar ya los fieles seguidores de El Baratillo a mis tediosas introducciones y fastidiosos preámbulos, no les pediré en esta ocasión disculpas por ello, ya que este “Thank Christ for the Bomb”, que de inmediato presentamos, en mi opinión se halla conectado íntimamente con “Who Will Save the World? …” por compartir los dos una misma intención política, exhibir en ambos casos tintes indisimuladamente sarcásticos y presentar el uno y el otro marcados aires apocalípticos. Lo que este disco, publicado en 1969, tiene de reflexión desafiante, corrosiva y grandilocuente sobre el ser humano como víctima -y verdugo- al servicio de la razón de estado, perfectamente compendiada en ese demoledor “demos gracias a Cristo por la bomba [atómica]”, se convierte en el álbum de 1972 en ácida, retadora y desaforada crítica a los poderes fácticos que tienen en la superpoblación, la polución ambiental, la guerra (una vez más) o los negocios sucios, algunos de sus aliados. La diferencia -o, si se prefiere, la divergencia-  entre ambos trabajos estriba quizá en la respectiva visión que de la labor del músico, del artista, se tiene en cada uno de ellos. En “Thank Christ for the Bomb” (sobre todo en su cara A, ya que la cara B cuenta una historia diferente) los Groundhogs son testigos pasivos de los acontecimientos pasados y presentes, mientras que en “Who Will Save the World? …” el grupo londinense transmutado marvelianamente en “The Mighty Groundhogs”, termina concluyendo en que quizá la lucha contra los males que asolan la sociedad contemporánea sea mas efectiva con los instrumentos musicales en la mano que vistiendo un traje de superhéroe.

Intenciones sociales y políticas aparte, de lo que no cabe duda es de que “Thank Christ for the Bomb” reúne  excelentes temas que destacan por la autenticidad, la fluidez y la calidad musical de este power trio que formaron Tony McPhee a la guitarra, Peter Cruickshank al bajo y Ken Pustelnik en la batería. Por encima de todos ellos se alza sin duda la canción que da título al disco, una composición a caballo entre el manifiesto político y la oda elegíaca que conduce al oyente por un recorrido sonoro completamente inusual. Partiendo de un recitativo -acompañado de guitarra acústica- de corte folk, el tema, a través de un ritmo machacón de blues con perfiles jazzísticos, se adentra en territorio puramente psicodélico con ayuda de un crescendo lisérgico, evocador del delirio y el caos de la batalla, al que sigue un ominoso silencio, precursor del último y definitivo estallido nuclear.

Mi copia es una excelente reedición en portada abierta del disco original (Liberty Records LBS 83295) publicada por Fire Records (FIRELP507) en 2019. 

lunes, 9 de noviembre de 2015

KINGFISH - Kingfish (Relix RRLP 2005, 1985)


Kingfish fue una banda fundada por varios músicos del área de la bahía de San Francisco, que comenzó su carrera discográfica en 1974 a partir de la incorporación al grupo de Bob Weir, de los Grateful Dead.

Las similitudes entre el sonido de Kingfish y los de la célebre banda de San Francisco se hacen evidentes en este disco, que recoge temas grabados por la formación entre 1973 y 1980. Una circunstancia que, lejos de ir en demérito de los músicos que la componen, constituye toda una garantía para el oyente. La cara A incluye temas de estudio, mientras que la cara B presenta grabaciones en directo, tanto las unas como las otras de excelente calidad sonora e interpretativa.

El elenco de músicos que se recogen en los créditos del álbum es impresionante, no sólo por su cantidad sino principalmente por su calidad. Junto a Weir aparecen los nombres de varios miembros de los New Riders of the Purple Sage, la otra gran encarnación de los Dead, pero lo que verdaderamente sorprende es encontrar a Michael Bloomfield y a John Lee Hooker ("Put your Hand on me Baby") como invitados de excepción.

No creo exagerar si califico de alucinante la manera cómo estos tíos interpretan en directo el "School Days" de Chuck Berry y, sobre todo, el estándar de blues tantas veces versionado "Key to he Highway" que cierra el disco, con una slide guitar absolutamente maravillosa que tan sólo hace lamentar a quien la escucha el no haber estado el día de la grabación al pie del escenario.

En suma, una pieza nada desdeñable dentro del microcosmos que componen los Grateful Dead, sus derivaciones y extensiones, que todo buen aficionado al rock, ya se considere a sí mismo Deadhead o no, debería sin lugar a dudas escuchar.

Pros: Uno de esos discos que te encuentras por ahí y dices: "vamos a ver cómo suenan estos"... y al terminar de escucharlo no te puedes explicar cómo has podido estar tanto tiempo sin saber de su existencia.

Contras: La cara B (directo) es tan buena que llega a hacer palidecer a la extraordinaria cara A.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

JOE WALSH - The Smoker you Drink the Player you Get (ABC/Dunhill MCAD31121, 1973)


Sinceramente, esperaba más de este disco tan celebrado por bastantes críticos. Quizá el hecho de tener como referencia el fabuloso primer trabajo de Walsh con The James Gang haya condicionado en alguna medida mi valoración. Dejando aparte el Top 40 "Rocky Mountain Way", este álbum contiene una serie de canciones sin ilación alguna entre ellas que, no obstante, están interpretadas con la pericia e intensidad propia de unos músicos más que competentes. La calidad del sonido en la edición americana, que es de la que dispongo, es notable, haciendo que la escucha resulte realmente entretenida al poderse percibir detalles que ponen de manifiesto la calidad técnica de los intérpretes y el acierto del productor.