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lunes, 14 de marzo de 2016

HAY VIDA MÁS ALLÁ DE KLEIBER: LA QUINTA DE ANSERMET CON LA OSR


Recientemente traíamos a colación a Ernest Ansermet cuando hacíamos referencia en otra entrada a su célebre grabación del Petrouchka de Stravinsky. Corresponde hoy celebrar la que sin duda es una de las mejores versiones registradas en disco de la Quinta de Beethoven. Dominio del tiempo, rigor en todos los pasajes y fidelidad al espíritu de la obra no son incompatibles en Ansermet con grandes dosis de impulso musical, espectacularidad constante y sentido de la escena. Con esto quiero decir que, a mi entender, el maestro suizo no se encuentra -como algunos se han empeñado y se empeñan todavía en afirmar- en el lado opuesto a la visión grandiosamente académica de Beethoven, encarnada en la  figura de Furtwängler, a quien por otra parte admiro y reconozco cuantos méritos se le quieran atribuir. Mas bien lo que sucede es que Ansermet quiso y pudo construir una orquesta, la OSR, a la medida de sus principales inquietudes en el terreno estético, o sea, desarrollar un repertorio contemporáneo amplio -eso si, dentro de lo tonal- y revigorizar elementos significativos del repertorio clásico sobre la base de un trabajo meticuloso, casi artesanal. Es sabido que a este profesor de matemáticas convertido en músico debemos muchas de las interpretaciones y grabaciones memorables de artistas del siglo XX, pero también, como así lo atestigua esta magnífica Quinta -destacable en su matizada modernidad, aunque las de Cluytens y Carlos Kleiber conciten a día de hoy un mayor interés-, también algunas de compositores que les precedieron en el tiempo. Es el caso de este registro sonoro, que se completa con una interpretación vibrante de la obertura de Egmont, un coupling de la Quinta que terminaría con el tiempo por convertirse en recurrente dentro del catálogo beethoveniano de los sellos discográficos.


La carpeta que ilustra la entrada corresponde a un prensaje español de la grabación monoaural (LXT 5525) que presenta la particularidad de utilizar la misma imagen que aparece en una grabación estéreo posterior, la inglesa SXL 2003. Se trata de la máscara mortuoria del propio Beethoven, coronada de laureles, a la que el fotógrafo añadió un inquietante claroscuro, circunstancia que, mucho me temo, hubo de espantar en su época a más de un potencial comprador del disco.

La calidad de la grabación y de la copia son superlativas. Pleno de dinámica, brillo y definición, la distorsión percibida en este disco es mínima, al menos cuando se reproduce a través de un amplificador de la época, con la cápsula del tocadiscos puenteada en mono y equipada con una aguja de 0,0007. El sonido sigue siendo sorprendente incluso con aguja moderna de 0,0005 y sin puenteo, tan solo poniendo el switch en mono, en especial si se conecta el plato a un amplificador de válvulas.

¿Dónde se puede encontrar este disco además de en casa de un servidor? Pues bien, al margen de los mercadillos y tiendas de discos usados en los que, de vez en cuando, se topa uno con algún disco interesante, tan sólo he podido localizar versiones digitalizadas de la grabación estéreo, algo posterior y, en mi opinión, un poco menos convincente que la monoaural que he comentado. Una está disponible en YouTube, con la calidad que se puede esperar: [Primer y Segundo movimientos] [Tercer y Cuarto movimientos]. Una copia más fiel al original puede ser obtenida mediante descarga aquí

Pros: La audición de este disco contribuye a deshacer la idea preconcebida de que las grandes piezas sinfónicas del repertorio clásico no casaban con el gusto por lo moderno de Ansermet y la OSR.

Contras: Quienes hilan más fino dicen reconocer fallos en el timbre de algunos instrumentos, aunque la opulencia del conjunto debería envolver en su majestuosidad al más puntilloso de los oídos.




© Altes 2016

jueves, 19 de noviembre de 2015

(BEETHOVEN + KLEIBER) - (DEUTSCHE GRAMMOPHON) = UNA GRAN SÉPTIMA A MEDIADOS DE LOS SETENTA

Acabo de escuchar la versión original en LP de la Séptima dirigida por Kleiber y grabada en el sello Deutsche Grammophon y me animo a compartir mis impresiones con vosotros. Muchas cosas se han dicho de este director y de sus registros de las sinfonías de Beethoven y casi todas buenas. Preferencias aparte, la interpretación del conjunto filarmónico vienés roza la perfección. Otro tanto ocurre con el dominio que desde el estrado ejerce Carlos Kleiber de todos y cada uno de los aspectos que otorgan personalidad a una interpretación de primer nivel, principalmente el tempo, la intensidad y el timbre (algunos gustan de hablar del "color", a mí me cuesta más entender de qué se trata, puede que sea corto de vista).

Como solo ocurre en las grandes ocasiones, director y orquesta concurren felizmente para dar lugar a una interpretación que destaca por su consistencia general, pero que bordea la genialidad en el tercer movimiento, en que, tras la medida contención exigida por los dos primeros, sorprende al espectador con una vigorosa exhibición de los que para mí es uno de los grandes valores beethovenianos, a saber: la confirmación de que la música es capaz de expresar ideas y sentimientos en una misma proporción. No puedo ocultar que la séptima suena en mis altavoces tantas veces o más que las cuatro grandes.

Hasta aquí lo bueno de este disco. Desgraciadamente, hay un aspecto muy negativo en la grabación que desluce el trabajo realizado por el maestro berlinés y la excelente orquesta que dirigió para la ocasión. La calidad sonora de la misma es deplorable. Y cuando la califico de tal, no me estoy refiriendo a su relativamente escaso dinamismo, ni a su pobreza tímbrica, sino a falta total de ambiente, de realismo, provocada por el bajo volumen de la toma y el empaste artificial del sonido tras la producción.

¡En qué estuvieron pensando los jefes de la DG durante años! Baste como ejemplo el último ciclo de las sinfonías grabado por Karajan, del que los aficionados huyen como de la peste... La prueba final de  lo que digo la tenemos en la relativamente reciente edición en CD de la Quinta y la  Séptima por Kleiber, donde se puede comprobar el trabajo de remasterización realizado para mejorar un poco la horrible situación de partida. En definitiva, una grabación de gran interés por la calidad del director y de los intérpretes, en la que sin embargo habrá que obviar sus grandes deficiencia en materia de calidad sonora.

Pros: Una de las mejores expresiones del entusiasmo que Beethoven sentía por la música, especialmente en el tercer movimiento.

Contras: Estoy por pensar que el horroroso sonido de la Deutsche Grammophon en los setenta, se encargó de reafirmar la escasa inclinación de Kleiber por ver su música recogida en una grabación.

(Beethoven, Sinfonía nº 7, Carlos Kleiber dirigiendo a la Filarmónica de Viena, 1976, DG 25 30 706)

La que para muchos es el mejor trabajo de Kleiber con la Séptima en este video: