Hace tiempo que daba vueltas por mi cabeza la idea de consagrar una serie de entradas al Concierto de Aranjuez, una de las obras que mayor impresión han creado en el público aficionado a la música desde su estreno en el Palacio de la Música Catalana, allá por noviembre de 1940, con Regino Sáinz de la Maza como solista.
A lo largo de su prolongada existencia, el compositor Joaquín Rodrigo, nacido en Sagunto en 1901 y fallecido en Madrid en 1999 -en su caso puede por tanto afirmarse con absoluta corrección que fue un músico del siglo XX- tuvo la fortuna de escuchar a muy distintos guitarristas y conjuntos orquestales dirigiendo su Concierto de Aranjuez, la composición que, sin duda alguna, más ha contribuido a la recuperación de la guitarra como instrumento solista en el ámbito de la música clásica. Entre ellos, pueden ser citados maestros de la talla de Narciso Yepes, Ernesto Bitetti, Celedonio y Pepe Romero o el anteriormente mencionado concertista de guitarra burgalés Regino Sáinz de la Maza.
Vamos a comenzar, sin embargo, por el guitarrista alemán Siegfried Behrend. La razón de colocarle en primer lugar no es otra sino la de haber dejado al azar la elección, ya que no sabríamos ni querríamos establecer un orden de prelación en las distintas interpretaciones de las que poseemos registro fonográfico. Deberá, como siempre, ser el oyente quien decida donde debe ubicarse cada cual, conforme a su propio criterio y gusto musicales.
A pesar de su relativamente temprana desaparición, la actividad musical de Siegfried Behrend (1933-1990) fue intensa, ya que a la temprana edad de veinte años llevó a cabo su primera rendición pública del Concierto de Aranjuez. Intérprete de variado registro estético, Behrend destacó por su contribución a la difusión del patrimonio musical alemán, de la música de raíz hebraica -acompañando a la cantante Belina en célebres grabaciones- y también del repertorio contemporáneo, animando a compositores como Mario Castelnuovo-Tedesco a componer piezas para guitarra. Sus intereses musicales le llevaron asimismo a convertirse en promotor de otros instrumentos de cuerda pulsada, en particular de la mandolina, ejerciendo durante largo tiempo como director de la Orquesta de Cuerda Pulsada del Sarre. En definitiva, Behrend fue un músico polifacético cuya actividad creativa aún perdura gracias al buen número de grabaciones que realizó a lo largo de su carrera.
La que hoy presentamos es un registro estéreo realizado para la Deutsche Grammophon en 1966 (139 166 SLPM) acompañado por la Filarmónica de Berlín con un para mí desconocido Reinhard Peters a la batuta. Existe una versión mono (LPM 139 166) que aún no he podido escuchar. No obstante, pienso que dicha versión mono debe tratarse más bien de un fold down stereo pensado para surtir al amplísimo parque de tocadiscos dotados de un pick up mono existente todavía a mediados de los sesenta. Tal opinión se basa en una audición detallada de la copia estéreo, que produce una correcta separación y crea un apreciable imagen en dos canales.
Centrándonos en el apartado interpretativo, hay que destacar en primer lugar la calidad técnica de Behrend, elogio que hemos de hacer extensivo al conjunto berlinés. Excelente digitación, apreciable ritmo y correcta sonoridad son virtudes que adornan la interpretación del guitarrista alemán. Sin embargo, falta a nuestro entender un elemento central, la emoción, principalmente en los pasajes de mayor hondura (Adagio) donde la expresividad se encuentra muy contenida, al igual que a lo largo de toda la obra. No quiere decir esto que Behrend no haya sido capaz de interiorizar el sentido de una composición tan rica en matices (reinterpretación del legado musical del siglo de oro español) como clara en su intención expresiva (recuerdo de la estancia del autor con su esposa en Aranjuez), sino que su forma de llevarlo a cabo dista grandemente de la idea que muchos nos hacemos de cómo debe interpretarse un concierto que, rebosante de sentimiento y estética en su concepción, es capaz al mismo tiempo de mostrar los aspectos más sutiles y delicados de la música al abordar la melodía.
En suma, comenzamos esta serie por una versión que no se cuenta entre nuestras predilectas, aunque ha de reconocérsele el mérito de haber extendido la fama del Concierto entre los aficionados al disco europeos.
El álbum se completa con una cara B que incorpora el Concierto en Re mayor de Castelnuovo-Tedesco, una excelente obra en la que Behrend parece encontrarse más a gusto a juzgar por la brillantez y expresividad que muestra su interpretación.
Pros: Escuchar a Behrend puede servir como referencia (probablemente antagónica) para la apreciación de otras versiones.
Contras: La excesiva contención expresiva de Behrend contribuye a hacer que el interés del oyente disminuya a medida que la aguja avanza por la superficie del disco.
© Altés, 2016


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