EMG 12/2/24
Si en un futuro, que desgraciadamente no parece cercano, llegasen a existir museos que en lugar de tener colgados cuadros de sus paredes o exhibir esculturas en sus salas se dedicasen a mostrar, en toda su pureza, el sonido de la música que, con limitados medios, tratamos de reproducir en nuestras colecciones particulares, una de los espacios principales debería estar consagrado a las creaciones de la banda británica
Genesis. Todo en esta vida está sujeto a opinión, pero si por casualidad pidieran la mía, no tendría dudas a la hora de elegir el álbum merecedor de ocupar un lugar de privilegio entre todos los que grabaron los de Surrey. Por más que “Trespass” (1970), “Foxtrot” (1972) o “Selling England by the Pound” (1973), este último primero que pude escuchar de
Genesis, constituyan cada uno de ellos y todos en su conjunto verdaderas cumbres de la música rock, siempre me quedaré con el que presentamos, “Nursery Cryme”, auténtica obra maestra del rock progresivo y pieza que no debería faltar en ninguna lista de grandes discos pertenecientes a ese género. Tercer álbum de estudio de los británicos, es el primero en que participan
Phil Collins y
Steve Hackett. Son muchos los aspectos que se pueden destacar de este LP, desde la magnífica aportación vocal de
Peter Gabriel apoyado por
Collins, hasta la compleja instrumentación, con creciente presencia del mellotron de
Tony Banks, pasando por la preciosa portada, obra del ilustrador
Paul Whitehead. Todos los temas son de primera clase, pero me quedo con el encargado de abrir el disco, “The Musical Box”, cuya letra está basada en un cuento victoriano escrito por
Peter Gabriel, magníficamente reflejado en la portada del disco. Desbordante de fantasía es también “The Return of the Giant Hogweed”, en que la llegada de
Phil Collins se deja notar merced a un excelente trabajo de este a la batería. Finalmente, quiero destacar un corte que me llamó la atención desde la primera vez que escuché el álbum, a principios de los ochenta, “The Fountain of Salmacys” en el que la presencia del mellotron y el órgano, como algunos han señalado, recuerda por momentos al sonido de los
King Crimson en su álbum debut de 1969 “In the Court of the Crimson King”. Publicado por el sello Charisma, no todas los prensajes consiguen que el sonido de “Nursery Cryme”, lleno de matices, llegue con integridad y calidad hasta los altavoces. La portada que ilustra esta nota corresponde a una reedición en el sello Charisma-UMC aparecida en 2018, que recomiendo vivamente a quienes se interesen por este disco en formato analógico.
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