MOE KOFFMAN - MUSEUM PIECES (1977)

EMG 11/11/23

Entre las ventajas que presenta este mundo digital, en el que pocas cosas son verdad y casi todo es mentira, se encuentra el hecho de poder descubrir discos de cuya existencia uno, en su ignorancia de provinciano analógico, permanecía por completo ajeno. Curiosamente, quizá a causa de ello, la opulencia de ceros y unos convertidos en música en la que nada el hombre del siglo XXI ha traído consigo una considerable escasez de ese bien de consumo masivo que fue durante décadas el disco. Todo ello para satisfacción de quienes, tras la llegada del CD, conservaron o siguieron aumentando su discoteca, y con el consiguiente enfado de esos nuevos adherentes al credo de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, personas que ahora reciben -modernidad obliga- el pomposo y ridículo nombre de “amantes de lo vintage”. 

En fin, sepan disculpar todos ustedes esta enfadosa introducción, que sirve para presentar un álbum proveniente de la última feria del disco de Madrid, prodigioso bazar donde se dieron cita el pasado mes de octubre aficionados a la música y seguidores de distintos estilos y sellos discográficos para intentar dar con grabaciones como ésta, de 1977, a cargo del flautista y saxofonista canadiense Morris “Moe” Koffman. Un Koffman que -al igual que Herbie Mann- se encuentra a caballo entre la tradición clásica de un Jean Pierre Rampal y la heterodoxia de un Ian Anderson, ofreciéndonos un programa variado en cuanto a sonidos y brillante en lo que a la interpretación se refiere, para lo que se ha sabido acompañar por una banda resolutiva y, por momentos, altamente refinada. Pretende además este disco mostrar una cierta unidad temática que gira en torno, como su propio nombre indica, a los museos y a las piezas exhibidas en ellos, pero realmente cada uno de los temas tiende a conservar su propia identidad, componiendo un mosaico de melodías que combinan el jazz, la música clásica, el rock e incluso el funk. En definitiva, un disco muy interesante que invito hoy a escuchar y del que, estoy seguro, los buenos aficionados a la música instrumental han de disfrutar de principio a fin.